Cuando me preguntan
quién soy dejo de escribir, corro al supermercado, relleno un impreso, paso
unas pruebas, firmo un contrato, vendo embutidos, señalo por fin la chapita con
mi nombre.
Uy Isabel, no sé si estarás el sábado. Me haría una enorme ilusión conocerte. Si no, ya es un orgullo compartir antología contigo. Casi tan salvaje es una maravilla :)
La misma que viste y calza. Ella. Doblemente. Un beso
ResponderEliminarUy Isabel, no sé si estarás el sábado. Me haría una enorme ilusión conocerte. Si no, ya es un orgullo compartir antología contigo. Casi tan salvaje es una maravilla :)
ResponderEliminarJo, es que es todo un honor ser antologado entre las mismas tapas que tú. Encantado de ponerte cara, Isabel.
ResponderEliminar¡Jo! tu semblanza me ha dejado un poco cansada, pero es igual, estoy encantada de conocerte.
ResponderEliminarBesitos
Es que vaya preguntas; Isabel. Que quién eres, uf. Y se quedan tan panchos. Con lo fácil que resulta un cómo te llamas.
ResponderEliminarBesotes
Pues yo estoy casi en ese punto. Lo malo es que por más solicitudes que he mandado no me llaman del supermercado... Un beso Isabel
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